Las sorpresas de la vida con Párkinson: cuando el círculo social se redefine

Publicado el 13 de octubre de 2024, 8:30

Cuando recibes un diagnóstico de párkinson a una edad temprana, es natural enfrentarse a muchas emociones, pero hay algo que nadie te advierte con suficiente claridad: cómo la enfermedad va a impactar en tus relaciones, y más específicamente, quién estará a tu lado y quién no.

Es un proceso extraño. En un principio, podrías pensar que aquellos amigos de toda la vida, con quienes compartiste tantos momentos, serán quienes te acompañen incondicionalmente en esta nueva etapa. Sin embargo, la realidad es a veces diferente. Lo que muchos pacientes jóvenes con párkinson descubren es que algunas personas, incluso las más cercanas, pueden alejarse. Ya sea porque no saben cómo lidiar con la situación, porque eligen la comodidad de la evasión o simplemente porque la idea de la enfermedad les resulta incómoda, hay quienes desaparecen. Y aunque esta experiencia puede doler, también es una oportunidad única para reevaluar lo que realmente significa la amistad y el apoyo.

El peso de la decepción

A lo largo del proceso, puede que te enfrentes a sentimientos de desilusión o incluso traición. Personas que pensabas que serían un pilar en los momentos difíciles pueden optar por el silencio o la distancia. Tal vez sientas que algunas personas te miran de manera diferente, te subestiman o te ven como alguien “vulnerable”. Ese cambio en la percepción de los demás, incluso si no es intencional, puede ser doloroso.

Pero aquí es donde aparece el verdadero aprendizaje: aquellos que se alejan o te fallan no definen tu valor ni quién eres. La enfermedad, aunque difícil, también te enseña a ser selectivo, a valorar más profundamente las relaciones genuinas y a liberar aquellas que no aportan luz a tu vida.

Las sorpresas inesperadas

Y cuando menos lo esperas, ocurre lo contrario: personas que tal vez no considerabas cercanas o que solo formaban parte de tu vida de manera tangencial, se convierten en tus mayores aliados. Estas son las verdaderas joyas que la vida te ofrece. Pueden ser compañeros de trabajo que comienzan a acompañarte en citas médicas, conocidos que te envían mensajes de apoyo sin motivo aparente o incluso personas que apenas conocías y que, al enterarse de tu situación, te ofrecen su ayuda desinteresada.

Estos momentos de conexión auténtica, muchas veces inesperados, tienen un impacto inmenso. Te enseñan que la empatía y el apoyo pueden venir de los lugares más insospechados. Y lo mejor de todo es que, con el tiempo, te das cuenta de que lo que realmente importa no es cuántos amigos tienes, sino la calidad de los pocos que se quedan.

Resiliencia y autenticidad: el poder de la autenticidad

La enfermedad te da una lección valiosa sobre la autenticidad. Al enfrentarte a algo tan real y desafiante como el párkinson, te das cuenta de que no tienes tiempo ni energía para relaciones superficiales. Y esa honestidad contigo mismo, ese impulso de rodearte solo de personas que te aportan positividad, te transforma. Ya no te preocupa tanto impresionar o quedar bien con todo el mundo. Lo que realmente importa es sentirte apoyado, aceptado y comprendido por aquellos que eligen estar a tu lado.

El cambio como parte del crecimiento

El párkinson puede cambiar tu cuerpo y tus habilidades físicas, pero también te cambia como persona. Y en ese proceso de cambio, las personas a tu alrededor también evolucionan o quedan atrás. No es un proceso fácil, pero sí es uno que te permite crecer y descubrir una red de apoyo más genuina, que te sostendrá en los días difíciles y celebrará contigo en los momentos de triunfo.

Recuerda, no se trata de cuántas personas se van de tu vida cuando enfrentas el párkinson. Lo que realmente importa es la calidad de las personas que se quedan y los nuevos lazos que se forman. A veces, las mayores sorpresas vienen de quienes menos esperas.

Dedicado a los que se quedaron, y a todos los que se han ido sumando poco a poco formando parte importante de mi vida compartiendo experiencias y aceptándome tal y como soy.

¡Gracias por estar ahi!

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Comentarios

John Vigdal
hace 7 meses

No hay que perder energía con quien no la merece.