La alimentación es un pilar fundamental para todos, pero cuando hablamos de enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, cobra una relevancia aún mayor. Sin embargo, lo que funciona para una persona puede no ser lo mejor para otra. Aunque existen recomendaciones generales, cada individuo es un ser único, con un cuerpo que reacciona de manera distinta según su descanso, su entorno, su hidratación y su actividad física. Por eso, más allá de seguir pautas establecidas, es vital que cada persona con párkinson aprenda a escuchar su cuerpo y a identificar qué alimentos le hacen bien o le sientan mal.
Lo Básico: Nutrientes Esenciales para el Párkinson
Para las personas con párkinson, es importante asegurar una dieta equilibrada y variada, que incluya todos los grupos de alimentos:
- Carbohidratos complejos: Aportan energía de manera sostenida y pueden ayudar a combatir la fatiga. Cereales integrales, legumbres y verduras deben estar presentes en cada comida.
- Proteínas: Son necesarias para la reparación de tejidos y el mantenimiento muscular. Sin embargo, aquí es donde puede surgir un matiz importante para los pacientes de párkinson, ya que las proteínas pueden interferir con la absorción de ciertos medicamentos, como la levodopa. Se recomienda distribuir la ingesta proteica de manera que no interfiera con el tratamiento. Por ejemplo, algunos pacientes optan por concentrar el consumo de proteínas en la cena para evitar interacciones durante el día.
- Grasas saludables: Las grasas omega-3, que se encuentran en alimentos como el pescado azul, nueces y semillas de chía, pueden tener un efecto antiinflamatorio que podría ser beneficioso para la salud cerebral.
- Fibra: Las personas con párkinson a menudo experimentan problemas de estreñimiento, por lo que es importante incluir suficiente fibra en la dieta (frutas, verduras y cereales integrales) junto con una adecuada ingesta de agua.
- Vitaminas y minerales: Las vitaminas D, B12 y los antioxidantes como la vitamina C y E son especialmente importantes en una dieta para el párkinson. Se recomienda obtener estos nutrientes a través de una alimentación variada o, en caso necesario, con suplementos bajo la supervisión de un profesional de la salud.
¿Qué Debemos Evitar?
Aunque no hay una "lista negra" universal de alimentos que todas las personas con párkinson deban evitar, algunos alimentos pueden agravar los síntomas o interferir con la medicación:
- Proteínas en exceso junto con la medicación: Como ya mencionamos, consumir proteínas en momentos cercanos a la toma de levodopa puede disminuir su eficacia. La clave está en equilibrar la ingesta a lo largo del día.
- Azúcares refinados y procesados: El exceso de azúcar puede causar picos y caídas bruscas en los niveles de energía, lo que es contraproducente para las personas que ya experimentan fatiga debido al párkinson.
- Grasas saturadas y alimentos ultraprocesados: Estos alimentos, que incluyen frituras, carnes procesadas y comida basura, pueden promover la inflamación en el cuerpo, lo cual no es recomendable para la salud cerebral y general.
- Sal en exceso: Muchas personas con párkinson pueden desarrollar presión arterial baja, lo cual puede generar mareos. Aunque el sodio puede ayudar a regular esto, el consumo excesivo de sal también puede tener efectos perjudiciales a largo plazo. Siempre es importante monitorear con un profesional.
La Individualidad en la Alimentación
Cada persona con párkinson experimenta la enfermedad de manera distinta. Algunos pueden sentir que ciertos alimentos empeoran sus síntomas, mientras que otros pueden descubrir que determinadas comidas les proporcionan una sensación de bienestar. No hay un enfoque único, y aquí es donde radica la importancia de la experimentación individual, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud.
Algunos pacientes pueden beneficiarse de hacer pequeñas comidas frecuentes para mantener estables sus niveles de energía, mientras que otros encuentran que una alimentación más estructurada con tres comidas al día les funciona mejor. Las necesidades calóricas, la tolerancia a ciertos alimentos y la respuesta a la hidratación también varían significativamente.
Incluso el entorno donde vivimos, la calidad del aire que respiramos o el nivel de actividad física que realizamos pueden influir en cómo nuestro cuerpo metaboliza los alimentos. La hidratación, por ejemplo, puede variar dependiendo del clima y del esfuerzo físico. Lo importante es aprender a escuchar al cuerpo y ajustar la dieta según lo que nos haga sentir mejor.
Medicamentos y Alimentación: Un Equilibrio Delicado
Para los pacientes de párkinson, uno de los aspectos más cruciales es entender cómo ciertos alimentos pueden interactuar con la medicación. La levodopa, uno de los medicamentos más comunes en el tratamiento del párkinson, puede verse afectada por la proteína en la dieta, como mencionamos anteriormente. Además, otros medicamentos pueden tener efectos secundarios que alteran el apetito o el metabolismo de ciertos nutrientes, lo que requiere ajustes dietéticos personalizados.
Por eso, es esencial contar con un equipo médico que nos guíe en la creación de una dieta equilibrada, ajustada no solo a las necesidades nutricionales generales, sino también a las especificidades del tratamiento que estamos siguiendo.
Conclusión: La Dieta como Parte del Cuidado Integral
La alimentación es solo uno de los muchos factores que contribuyen al bienestar de las personas con párkinson. Descansamos de manera diferente, nos hidratamos de manera diferente y vivimos en ambientes únicos. Si bien existen lineamientos que pueden servir de guía, es fundamental que cada individuo encuentre lo que realmente le funciona, siempre bajo el asesoramiento de profesionales.
La clave está en tratar el cuerpo con cuidado, como una máquina única que, si se nutre adecuadamente, puede rendir mejor. Cada ajuste, cada cambio en la dieta, debe ser hecho con atención y respeto por las necesidades individuales, integrando todos los nutrientes esenciales y teniendo en cuenta cómo los alimentos pueden interactuar con la medicación.
En resumen, cada persona con párkinson es única, y su alimentación debe ser vista desde esa perspectiva individualizada, integrando no solo lo que es "correcto" según las pautas, sino lo que realmente funciona para cada uno.
“Escucha a tu cuerpo”




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Comentarios
Great read, thank you!
Genial, como siempre una guía para ayudar.
Gracias
Gracias Marta por tus consejos. Siempre solo de gran ayuda.