Vivir con la enfermedad de Párkinson es un desafío diario, físico y emocional. Pero lo que he aprendido a lo largo del tiempo —y sobre todo en los últimos años— es que la mente tiene un poder increíble, y que cuando se une con el movimiento y la disciplina, se pueden lograr cambios que parecen imposibles.
Hoy quiero compartir mi experiencia, no como una verdad universal, sino como un testimonio real de lo que es posible cuando decidimos luchar por nuestro bienestar.
Cuando me diagnosticaron Párkinson, como a tantas personas, me invadieron el miedo, la incertidumbre y una especie de resignación silenciosa. Pero poco a poco llegué a una conclusión fundamental: la mente y el cuerpo están profundamente conectados, y si alimentamos positivamente uno, el otro responde.
Fue entonces cuando decidí actuar. No solo para frenar el deterioro, sino para reconstruirme. Comencé a entrenar, a moverme, a alimentarme mejor, a cuidar mis pensamientos. Y los resultados llegaron.


2017 - 46kg
En mi caso, la actividad física ha sido un pilar. No hablo solo de ejercicio en el sentido tradicional, sino de movimiento consciente y constante, adaptado a mis capacidades y necesidades. Desde el entrenamiento funcional, el yoga, caminar, hasta ejercicios de fuerza con supervisión. Lo importante no es el tipo de ejercicio, sino encontrar lo que funciona para ti y convertirlo en hábito.
Gracias a este compromiso con el movimiento, pasé de pesar 46 kg a 55 kg. Recuperé fuerza y tono muscular. Mejoré notablemente mi equilibrio y flexibilidad. Incluso logré invertir un diagnóstico de osteopenia. Sí, a los 55 años, y con Párkinson.
Otro punto clave en mi proceso ha sido la alimentación. No cualquier dieta, ni modas pasajeras. Me refiero a una nutrición adaptada y guiada por profesionales, que entienden las necesidades específicas de alguien con Párkinson que además entrena.
La suplementación también ha sido parte de mi camino, siempre bajo control médico y con análisis regulares. La salud no es una lotería: es ciencia, es disciplina y es escucha interna.

Soy muy consciente de que no todos partimos del mismo lugar. Las condiciones físicas, el estadio de la enfermedad, el acceso a recursos o simplemente el momento emocional son muy distintos en cada persona.

2025 - 55kg
Pero también sé que muchos podrían mejorar si se lo propusieran. A veces es la pereza, el miedo, la duda, lo que nos detiene. Y por eso quiero decirte, con todo el cariño: inténtalo. Empieza poco a poco, pide ayuda, busca guía, pero no te quedes quieto.
Verás cómo tu cuerpo cambia. Verás cómo tu mente también lo hace. Y con ello, tu manera de mirar la enfermedad.
Este camino no es fácil, pero es posible. La enfermedad de Párkinson no define quién eres ni lo que puedes lograr. Y si yo lo he conseguido, tú también puedes, a tu ritmo, con tus herramientas, pero con decisión.
Porque el cuerpo escucha lo que la mente cree. Y si crees en ti, el cambio empieza ¡ahora!
Si necesitas más información puedes enviar un mensaje y te responderé lo antes posible.
Añadir comentario
Comentarios
Hola!!! Que tipo de alimentación te ayudo. Es para conversar con mí nutricionista. Gracias